Hay personas que afirman que las páginas web no funcionan. Lo adecuado sería decir que lo que no funciona es la manera en que estas personas manejan las páginas web.
Las páginas web pueden llegar a ser el vendedor ideal: trabaja 24 horas al día todos los días de la semana, todo el año, respondiendo con precisión las preguntas de los potenciales compradores. Pero al igual que a un vendedor, se le debe dar las herramientas necesarias para que cumplan su función. Imagínese por un momento que tiene a un vendedor y lo manda a la calle sin catálogo, sin tarifas, sin propuestas, sin ningún tipo de guía. ¿Será que el vendedor no sirve? Vamos un poco más lejos: véase un segundo a sí mismo y a su empresa e imagine que elimina el 50% de sus insumos. ¿Podrá seguir produciendo? Muy seguramente no. ¿Esto indica que su negocio no es rentable? Definitivamente esta no sería una afirmación correcta.
1.- No comprender en qué consiste una página web. Las páginas web son solo herramientas que demostrarán su efectividad dependiendo de en qué manos se encuentran. Es como un auto. No anda si usted no lo maneja. Si usted desea una página web bajo la suposición de que con tenerla ya tendrá todo listo, despierte: esto no funciona así. Y si le dijeron que con tener una página web lo tenía todo, le mintieron. La página web debe alimentarse con información. Con enlaces, imágenes o video. Con datos que atraigan a los futuros compradores. Una página web sin administrador es igual que un Fórmula 1 sin conductor. ¿Visitaría usted una página web que es lo mismo todo el tiempo? Si a usted esto le aburre, a sus compradores también.
2.- Falta de promoción. Muchas personas no comprenden que una página web es como abrir un local en una gran ciudad. Lo primero que tiene que hacer es informar que han abierto. En vez de ello, sobran los clientes que solicitan su página web pero no lo notifican al público en general. Ni siquiera se lo dicen a sus más cercanos clientes. Coloque su página web en todo los sitios posibles, en sus correos, tarjetas de presentación; en promociones especiales, invitaciones, saludos o lo que sea. Haga que su www.ustedmismo.com sea tan conocido como su nombre. Este será un buen punto de partida para aprovechar todo lo que una web puede hacer por Ud.
3.- Exceso de adornos. Hay páginas donde el diseñador o el programador se lucen creativamente con cosas que se mueven, con detalles interesantes, con elementos curiosos… y tardan toda la vida en visualizarse. No todo el mundo posee una conexión rápida. Y aún los que la tienen, prefieren visualizar rápidamente las páginas web. Hay ocasiones que una página web es excesivamente bonita, y como decía Walter Thompson, uno de los tres pilares de la publicidad moderna sobre un comercial muy agradable: “es tan bonito que no vende nada”. Es como si usted tuviera a una vendedora tan espectacular que todos los clientes quieran verla, pero ninguno se acuerda que vende. ¿De qué le sirve? Así es una página web. Hágala práctica más que “bonita”. Hablamos de negocios, no de un desfile de modas.
4.- No responden los correos. En más ocasiones de las que se imagina, hay personas que solicitaron una página web o de su empresa, pero no están al tanto del correo que los potenciales clientes les envían. Una página web debe tener vida, movimiento, acción. Esto quiere decir que debe responder en el menor tiempo, ofrecer más, solucionar más y ser más proactiva. Es evidente que cuando decimos “una página web” nos referimos a la persona que la maneja. El error de no responder los correos puede inutilizar hasta la más maravillosa página web del mercado.
5.- Mal diseño. Nosotros somos visuales; los compradores son visuales. Quieren facilidad de lectura, rapidez en la información, soluciones a sus necesidades y respuesta a sus preguntas. Un diseñador novato tienen a mezclarlo todo y hace más difícil la navegación y comprensión de su página web. Ahora pregúntese ¿usted invertiría tiempo en descifrar una página web cuando hay muchas otras con servicios similares que son más fáciles y agradables de navegar? Asuma como un axioma de publicidad que lo que no le incomoda a usted puede incomodarle a otros. Busque diseños sencillos, claros y bien trabajados. El cliente se lo agradecerá.
6.- Pobre Información. Cuando se contrata a un diseñador o un programador web sin experiencia o peor aún, con experiencia pero sin motivación, generalmente acabará con un cascaron vacio. El cliente se nutre de lo que usted coloca en su página web. Si vende carros, no sólo venda carros, venda emoción; si vende chocolate, sedúzcalo. Dele al cliente la información que necesita y un poco más. Un diseñador y programado profesional tiene las herramientas para saber qué es lo que el cliente desea y tener lista la respuesta a la gran mayoría de preguntas. Usted siempre vuelve al lugar donde se entretiene mientras se informa, ¿verdad?
7.- Escasa actualización. Las páginas web son como las noticias: tienen que variar para ser atractiva. Una página web que no cambia podrá llamar la atención de los primeros clientes, pero dará muy mala impresión a los siguientes visitantes. Debe mantener información fresca. En algunos casos basta con agregarle algo semanalmente, algo que se vea como nuevo. Los dueños de páginas web exitosas con consientes de que estas actualizaciones son, a su vez, nuevas herramientas de promoción de servicios y productos, y elementos de captación de clientes. Actualización, actualización. ¿Por qué alguien debería interesarse en su producto si usted no muestra interés en actualizar su página?
8.- No aprovechar sus cualidades. Piense en un anunciante que vende tortas, pero no sube fotos del producto a la página web, ¡desaprovecha la capacidad que tiene una imagen para impactar al consumidor! Una empresa de eventos puede explotar muy bien la posibilidad de colocar fotos, videos y un calendario de eventos, amén de otros activos. Pero si no lo hace, no está aprovechando lo que la página web puede aportar. Cómo verá, esto no es culpa de la página web: es culpa del diseñador que no supo guiar al cliente, y culpa del cliente por no averiguar todo lo que una página web ofrece. En una ocasión tuve por cliente a la dueña de una venta de muebles muy hermosos. No quiso colocar fotos en la web porque, según ella “les robaban el diseño”, y después se quejó que nadie los visitaba ni preguntaba nada. ¿La culpa es de la página? Saque sus conclusiones.
9.- No aprovechan las herramientas relacionadas. La página web posee recursos de promoción de gran interés para el consumidor: boletines, listado de clientes, promociones, servicios especiales, además de la publicidad 2.0. Vincule su página web a estos elementos de promoción y, sobre todo PROMOCIONE. Las páginas web son las herramientas perfectas para que todos hablen de su empresa y de sus productos. Sólo basta con aliarse con personas que sepan aprovecharse de esta herramienta tecnológica y, sobre todo, que usted tenga la voluntad de sacarle todo el provecho que puede y que merece.
10.- No contar con la asesoría adecuada. Es común que se busque lo más económico del mercado. Es común, pero no siempre es lo correcto. No me canso de pregonar que una empresa es tan importante como lo que se esté dispuesto a invertir en ella. Una página barata pero inservible, es una página cara. No sólo por el dinero que usted tiró a la basura, sino por la pobre imagen que deja en los visitantes a su página. Si no está dispuesto a invertir correctamente es mejor que no desperdicie su dinero. Si tiene un programador de confianza, busque el respaldo de profesionales en publicidad. El hecho de que un programador sepa hacer una página web no es indicio que sepa cómo hacer una BUENA página web. Además, la asesoría profesional le permitirá unificar todos los conceptos de su empresa en una imagen corporativa correcta, sólida y creíble.
Por ello es evidente que si una página web no brinda los resultados que usted esperaba, la culpa no es de la página web. Antes de invertir en un soporte publicitario, pregunte, pregunte todo lo que desee. Si le responden todas sus dudas, sabrá que está hablando con un profesional competente.
10.- No contar con la asesoría adecuada. Es común que se busque lo más económico del mercado. Es común, pero no siempre es lo correcto. No me canso de pregonar que una empresa es tan importante como lo que se esté dispuesto a invertir en ella. Una página barata pero inservible, es una página cara. No sólo por el dinero que usted tiró a la basura, sino por la pobre imagen que deja en los visitantes a su página. Si no está dispuesto a invertir correctamente es mejor que no desperdicie su dinero. Si tiene un programador de confianza, busque el respaldo de profesionales en publicidad. El hecho de que un programador sepa hacer una página web no es indicio que sepa cómo hacer una BUENA página web. Además, la asesoría profesional le permitirá unificar todos los conceptos de su empresa en una imagen corporativa correcta, sólida y creíble.
Por ello es evidente que si una página web no brinda los resultados que usted esperaba, la culpa no es de la página web. Antes de invertir en un soporte publicitario, pregunte, pregunte todo lo que desee. Si le responden todas sus dudas, sabrá que está hablando con un profesional competente.