jueves, 22 de mayo de 2014

¿TIENEN PODER LOS NIÑOS EN LAS DECISIONES DE COMPRA?

   El tema sobre el poder de los niños en las decisiones de compra, siempre ha estado en el tapete de la publicidad y el mercadeo. ¿Puede influir un niño en la compra de un auto? Pues parece que estadísticamente si. Incluso es una táctica del vendedor de autos dirigirse a los niños al momento de promocionar su vehículo. Apelan a la emoción infantil y el niño se encarga de presionar a sus padres. Y, aunque no lo crean, funciona en muchas ocasiones. Merca2.0 hizo un interesante análisis sobre este tema dentro de la realidad de México, un punto de vista muy aplicable al resto de América Latina..
   Cada vez el mercado infantil es más importante para las marcas no sólo porque representan casi el 30 por ciento de la población en México, sino también porque son los compradores del futuro y cada vez tienen mayor influencia en las compras de los hogares.
   De acuerdo con cifras de Price Waterhouse Coopers los niños influyen en el 60 por ciento de las compras familiares, principalmente en las categorías de tecnología y productos de consumo.
   Gabriela Vázquez Cobo, Qualitative director TNS México, destacó que en los últimos 10 años creció la influencia de los niños sobre los hábitos de compra familiares. Este cambio se debe principalmente a las nuevas formas de educación en las que los padres incorporan las opiniones de los niños sobre sus opiniones de normas parentales.
   “En pro de relacionarse de forma más cercana con los hijos y evitar repetir las normas de educación estrictas bajo las que crecieron, esta generación de padres se ha convertido en un ejemplo de obediencia, obedecieron a sus padres y ahora obedecen a sus hijos”.
   Estos cambios se manifiestan en el mercado de las siguientes formas:
   En generaciones anteriores las madres elegían los productos de acuerdo al beneficio nutrimental, ahora los niños son quienes toman las decisiones finales de los productos básicos para su alimentación como: lácteos, modificadores de leche, fuentes de proteína, cereales y jugos, y esta selección la hacen a partir del agrado del sabor y la presentación del producto.
   Su decisión la manifiestan a partir de la aceptación o rechazo al consumo de dichos productos. “Si no les gusta y me cuesta trabajo hacer que coman, mejor les compro lo que les gusta” mencionan las madres.
   A partir de este cambio en los roles, las marcas encuentran un nuevo “comprador” al cuál influir, para lograrlo deben encontrar el balance adecuado entre atraer a las madres a partir de los aspectos nutrimentales y beneficios de desarrollo y a los hijos a partir de experiencias sensoriales y lúdicas.
   El reto para las marca es lograr una estrategia de comunicación doble que satisfaga las necesidades tanto de las madres como de los niños.