Ser productivo no es sólo un tema de “hacer mucho en tu día”: es utilizar óptimamente tus recursos para lograr lo que te propones en tu día.
Uno de nuestros recursos más valiosos es el tiempo, ya que este es la materia prima que invertimos en todo y para todo. Tal parece que todas nuestras actividades las realizamos dentro de una matriz que combina nuestro tiempo con nuestra mente/energía. Absolutamente todas las actividades que desempeñamos requieren, en mayor o menor medida, de nuestro tiempo, nuestra mente y por ende, nuestra energía. Trabajar, descansar, cualquier tipo de interacción con otras personas, trasladarnos de un lugar a otro, divertirnos o ir al baño. El tiempo y nuestra energía son las “monedas de cambio” para nuestras vivencias en general, así que administrarlos y emplearlos adecuadamente debería estar definitivamente en el interés de cada uno de nosotros.
Es común que se relacione a la productividad con temas principalmente profesionales. Sin embargo, ésta influye también en nuestro ámbito personal. Hay que considerar que ser productivos no es una “meta” a la cual se debe “llegar”, sino más bien una de las formas a través de la cual logramos lo que queremos. A continuación, conoce “7” cosas importantes que debemos considerar para organizar bien nuestro día y así lograr lo que deseamos:
1. Haz tu lista de actividades.
Es común que se relacione a la productividad con temas principalmente profesionales. Sin embargo, ésta influye también en nuestro ámbito personal. Hay que considerar que ser productivos no es una “meta” a la cual se debe “llegar”, sino más bien una de las formas a través de la cual logramos lo que queremos. A continuación, conoce “7” cosas importantes que debemos considerar para organizar bien nuestro día y así lograr lo que deseamos:
1. Haz tu lista de actividades.
Si quieres “llegar a algún lugar”, lo primero que tienes que decidir es “a dónde quieres ir”. Así que todo comienza con definir qué hacer. Visualiza tu día y anota cada uno de los pendientes y actividades que deseas hacer, preferentemente desde el día anterior. Evalúa la carga de actividad que te estás trazando. Recuerda que un exceso de actividades te generará estrés y te hará perder foco, mientras que tener actividades de menos, harán que caigas en el ocio y provocarán tu dispersión. Conforme vayas realizando las actividades que te propusiste para tu día, táchalas de tu lista. Cada tache que cuentes será una motivación para seguir adelante.
2. Prioriza y da “foco” a tu día.
2. Prioriza y da “foco” a tu día.
De todas las actividades que te propones, siempre habrá algunas más importantes que otras, unas críticas y otras pasajeras. Dale a cada una el lugar que le corresponde y asígnale momentos durante tu día. Además, considera que no cuentas con la misma energía durante todo el día, por lo que hay ciertas actividades que te favorecerá hacer al inicio de tu jornada, mientras que otras pueden esperar a momentos en los que no requieres del 100% de tu capacidad.
3. Comienza el día descansado.
3. Comienza el día descansado.
Ser eficiente no se trata de tener un día lleno de actividades que nos ocupen al 100%. Eso, sencillamente, no es posible. Ser productivo se trata de administrar tus recursos de la manera que mejor te conviene y uno de los tiempos mejores aprovechados puede ser un descanso necesario. Comenzar el día tras un buen período de descanso es crítico para poder rendir. También es importante tener pequeños recreos en el día para relajarte.
4. Dale mantenimiento a tu cuerpo.
4. Dale mantenimiento a tu cuerpo.
Tu cuerpo es el “vehículo” a través del cual haces todo. Atenderlo y mantenerlo en óptimas condiciones es como tener tu coche “a punto” antes de un viaje importante. Ejercitar tu cuerpo y alimentarlo apropiadamente (por más trillado que suene) es de vital importancia para rendir de manera constante a lo largo del día. Un cuerpo sin un nivel “mínimo” de ejercicio no estará lo suficientemente oxigenado y por lo tanto la mente no rendirá de manera optimizada. Una mala alimentación también influirá de manera negativa al no aportar la energía apropiada para las actividades.
5. Comienza tus actividades puntualmente.
5. Comienza tus actividades puntualmente.
Comenzar tu día a la hora que te hayas propuesto comenzar es una de las consideraciones más importantes para concretar las actividades que te propusiste. Comenzar a destiempo siempre influirá negativamente en el resto de la cadena de actividades y traerá, por consiguiente, descontrol y desorganización a nuestro día.
6. Divide proyectos mayores en actividades pequeñas y “cumplibles”.
6. Divide proyectos mayores en actividades pequeñas y “cumplibles”.
Hay tareas que pueden tomar días o incluso semanas. En lugar de estar aplazando día con día la consecución de una sola tarea, puedes dividirla en múltiples actividades que podrás eliminar de tu “agenda” conforme vayas avanzando. El hecho de llevar la cuenta de varias actividades por día, te dará foco en la realización de tu proyecto y te permitirá medir tu productividad. Algo muy importante es que si no acabas en el tiempo que pensaste, re-agéndalo o reagenda las cuestiones que moverás para terminar la tarea inconclusa.
7. Pon atención en cumplir tu rutina.
7. Pon atención en cumplir tu rutina.
La productividad está directamente relacionada con el orden personal. La posibilidad de desarrollar una rutina y la intención de cumplirla cabalmente, te darán un sencillo mapa del camino que debes seguir para cumplir tus objetivos. Para esto, la disciplina aquí es el ingrediente principal. El problema es que ésta no puede ser comprada ni contagiada, sino que más bien hay que cultivarla. Cuida los pequeños detalles y actividades y esfuérzate en cumplir cada uno de las actividades que te trazas al principio del día.