viernes, 3 de marzo de 2017

Cómo redactar un eMail que venda.


   Redactar un email no es cosa de soltar un discurso sobre los beneficios de nuestro producto como si se tratara del invento del siglo. De hecho, ni siquiera tomaríamos en cuenta al invento del siglo si se promocionara de esta manera. 


   A las personas les gusta que les cuenten algo, lo que no es lo mismo que venderles algo. Esto, por supuesto, requiere de habilidad y tacto al momento de promocionar nuestros productos o servicios. 

   No podemos llegarles de una ofreciéndoles adquirir algo sin decirle en qué les beneficia. Y no podemos hablar sobre los beneficios cuando ni siquiera hemos atrapado la atención de nuestro target. 

   Al redactar un email, no es el producto o servicio el principal objetivo, sino la manera de presentarlo. Una comunicación agradable tendrá más posibilidades de conversión que un email frío y supuestamente “profesional”. 

   Consideremos esto: el lector recibe tu email porque le agrada lo que ofreces. Él te ha abierto sus puertas (bajo el supuesto que no seas un spam invasivo) y te tiene una mínima de confianza. No vayas a estropearlo todo demostrando que tu único interés es que compre tu curso, que descargue tu última novela o solicites una asesoría con descuento incluido. 

   Muchos emails se pierde cuando develan sin gracia su objetivo. Los lectores huelen esto a distancia y como no tienen tiempo que perder, los abandonan rápidamente porque no les atrapa. Así de sencillo. 

   Entonces, ¿Cuáles son las claves para redactar un email que sea atractivo para el lector? 

   Veamos: 

   El cabezote del email (O cabecera, como quieran decirle) 

  No todos utilizan este elemento y saltan al siguiente. Pero en la cabecera puedes colocar un elemento gráfico que sea lo suficientemente interesante como para hacer que el lector pase al siguiente renglón. ¿Ya lo atrapaste con la imagen? Pasemos entonces a… 

   El título. (No creas que es tan fácil) 

   El título es la puerta de entrada a tu post y su objetivo es invitar al lector a saber que sigue a continuación. Algunos ejemplos son: 

  •    Trucos, datos, tips, consejos. A las personas les encantan los tips, trucos y demás. Cualquier cosa que le permita ahorrar tiempo. Y si se sienten atraídos por esto ¿por qué no aprovecharlo? 
  •    Cifras, estadísticas, etc. ¿Has leído “El Principito”? Hay una parte dónde este maravilloso personaje afirma que a las personas mayores les gustan los números. Y esto, amigo mío, sigue siendo cien por ciento cierto. 
  •    X Motivos por los que… Pueden ser motivos para adelgazar, para aprender un idioma o escribir un blog. Muchas personas buscan motivos para hacer algo y convertirlo en ese pequeño empujón que necesitan. Así que empújalos al siguiente párrafo. 

   Subtitulo. (No lo hagas tan complicado que compita con el título) 

   No es del todo necesario. Lo puedes utilizar para reforzar el título principal, para establecer un lazo con el cliente a través de una aclaratoria pertinente, una pregunta adicional e incluso, un toque de humor. O lo puedes aprovechar para destacar un beneficio específico de tu servicio o producto. 

   La presentación: quién eres. (Aquí es dónde dices quién o qué eres tú y lo que representas para el lector) 

   No se trata de un discurso sobre tus beneficios, recuerda. Le estás hablando a una persona que no tiene mucho tiempo para dedicarte. Así que sé concreto sin ser seco. Sólo trata de no parecer egocéntrico. Recuerda: si aquí hay alguien que tiene derecho a ser egocéntrico, ese es el cliente. Él debe sentir que lo que tú le ofrece soluciona los problemas de él. Así que mantén tu vanidad a raya, lo que nos lleva al siguiente párrafo: 

   Ahora dile lo que ofreces. 

   En publicidad se aplica aquello de que en la fábrica hacemos perfumes y en las perfumerías vendemos sueños. Es decir, observa tu propio producto desde el punto de vista de beneficios para tu cliente. Y, por favor, trata de ser sincero en ello. Recuerda que el gran público compra experiencias, no productos: un curso que lo haga sentir independiente, una novela que lo conecte a mundos únicos, la asesoría online que lo convierta en el gurú que siempre soñó ser, etc. 

   Si tu lector ha llegado hasta aquí, tienes muchas probabilidades de tener éxito en la conversión. Ahora, sin que el lector se dé cuenta, procede a guiarle ya no a un párrafo sino a una acción: 

   Frase de cierre, acelerador o incentivo. (No importa el nombre, sino lo que buscas lograr con él) 

   Ya la persona está emocionada; le gusta lo que ha leído. Y entonces, a renglón seguido, se encuentra con la promesa del “por hoy –sólo por hoy- podrás adquirir el curso con material adicional…” o, “disfruta con descuento el próximo éxito literario de la temporada” o “descarga nuestro book gratuito y recibe 3 meses de asesoría exclusiva” 

   Este punto colocará al interesado en la posición que deseas, por lo que es el momento de agregar el toque final para alcanzar tu objetivo de conversión: 

   El botón para la llamada de acción. 

   Algo sencillo, llamativo, que sólo requiera hacer click para que el email haya sido exitoso. Pero digamos que deseas más, un detalle que dé a tu lector más razones para creer lo suficiente en ti y en tu producto. Por suerte si existe ese “algo más” y se llaman… 

   Testimonios. 

   Leer las opiniones de otros afecta las propias ya que se tratan de personas reales, en situaciones reales que encontraron un resultado real en lo que ofreces. Los testimoniales tales como “era el curso que siempre soñé” o, “un libro que no puedes soltar” o, “con esta asesoría tripliqué mis ventas online en un mes” son el equivalente al boca-en-boca, y el poder de esto se ha visto acrecentado desde la llegada de la Web 2.0. Así que aprovecha la ventaja de lo existente para impulsarte tú mismo. 

   Y si a esto le sumamos hipervínculos en diferentes partes del texto que permita al interesado visitar secciones específicas de tu web, tus emails mostrarán una efectividad que, de seguro, te sorprenderá. 


   Como habrás visto, redactar un email no es cuestión de poner a un desocupado a escribir. Requiere de un número mínimo de parámetros que permitan esperar con resultados tangibles y positivos. La ausencia de ello explica el porqué de tantos rebotes y campañas sin éxito. 

   Así que práctica una y otra vez, y sé exigente con lo que envías. Los resultados positivos bien valdrán la pena.